Brasileños eligen su primera presidenta
En su primer discurso oficial, Dilma Rousseff reafirmó su compromiso con erradicar la miseria y defender la libertad de prensa. Tratando de contener las lágrimas, prometió “honrar” el legado del presidente Luiz Inacio Lula de Silva
El Universal
BRASILIA (Agencias).— Dilma Rousseff se convirtió ayer en la primera presidenta electa en la historia de Brasil. En la segunda vuelta de los comicios presidenciales, la candidata del Partido de los Trabajadores fue electa con más de 55 millones de votos; escrutados 99.7% de los sufragios, el Tribunal Superior Electoral (TSE) informó que Rousseff logró 56% de los votos, mientras que su rival, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), obtuvo 44%.
En su primer discurso oficial, Rousseff reafirmó su compromiso con erradicar la miseria y defender la libertad de prensa. Tratando de contener las lágrimas, prometió “honrar” el legado del presidente Luiz Inacio Lula de Silva. “No podemos descansar mientras haya brasileños con hambre, familias en la calle, niños abandonados a su suerte (...) Agradezco especialmente y con emoción al presidente Lula. Tener el honor de su apoyo, el privilegio de su convivencia, aprender de su sabiduría son cosas que se guardan para la vida”.
El resultado fue recibido con gritos de júbilo, abrazos y llanto entre simpatizantes de la mandataria electa. “¡Dilma, Dilma!”, gritaba un coro espontáneo en el Hotel Naoum de Brasilia, donde se congregaron aliados y activistas que cantaban “Ahora es el turno de la mujer”.
“Tiendo mi mano a los partidos de oposición y a los sectores de la sociedad que no estuvieron con nosotros: no habrá discriminación ni privilegios”, dijo Dilma.
Serra felicitó a Rousseff y dijo que espera que “sirva bien al país”.
El jefe de gabinete de Lula, Gilberto Carvalho, ya había anunciado que Lula no iría a la fiesta en la Explanada de los Ministerios porque “este día es de ella”.
De la guerrilla al Palacio Alvorada
Rousseff, quien en su juventud conoció la guerrilla, la cárcel y la tortura, será a partir del 1 de enero de 2011 la décimosegunda integrante de la lista de mujeres que llega al poder en América. Pero el panorama político en Brasil sigue dominado por los hombres. En las elecciones legislativas del 3 de octubre, los brasileños eligieron a 45 mujeres entre 513 diputados y a ocho senadoras en la renovación de 51 escaños de la Cámara Alta. En los estados, sólo dos mujeres fueron electas gobernadoras: Roseana Sarney, de Maranhão, y Rosalba Ciarlini, de Río Grande do Norte, de un total de 27 regiones.
Dilma Rousseff es hija de un inmigrante búlgaro comunista y una maestra de escuela. Nació en Belo Horizonte y fuentes de su entorno dicen que tuvo una infancia en un ambiente burgués, con clases especiales de música, danza y francés. A los 16 años se involucró con el movimiento estudiantil reivindicativo, que coincidió con el golpe de Estado que derrocó al gobierno de Joao Goulart, y participó en una organización de extrema izquierda.
En 1967, a los 19 años, ingresó al Comando de Liberación Nacional (Colina), grupo armado que asaltó bancos y colocó bombas en el estado de Minas Gerais durante el régimen militar (aunque ella nunca participó en actos violentos).
Estuvo en la Vanguardia Armada Revolucionaria-Palmares, donde, según medios de prensa, tuvo una actuación “oscura e incierta” como “cerebro” de varios robos y asaltos, por lo que fue catalogada como “terrorista astuta, carismática y de alto rango”. En 1970 fue detenida, interrogada y torturada durante 22 días por la inteligencia militar. Fue condenada a seis años de cárcel, de los cuales cumplió dos. En 1980 participó en la fundación del socialdemócrata Partido Democrático Laborista. Ejerció luego cargos públicos en algunos estados hasta que en 2001 se afilió al PT y un año después se convirtió en ministra de Minas y Energía. En 2005, Rousseff coronó su carrera con su llegada al Ministerio de la Casa Civil.
Los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y El Salvador, Mauricio Funes, y del jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, así como el gobierno argentino felicitaron ayer a Rousseff.