Acroarte: Fotos que dicen mas que mil mensajes

Máximo y Cheo, comparen estas actividades






Máximo reunió más de 50 acroartistas, cheo no más de 20


Si los cronistas comparan la cantidad de miembros de Acroarte que asistió a la presentación de la plancha de José Tejada Gómez el pasado miércoles primero de junio con los que le dieron el respaldo a Máximo Jiménez el martes siete de este mes, llegarían a la conclusión de que éste último tiene una ventaja abismal con relación al primero.

Máximo recibió el respaldo de más de 50 cronistas de arte con derecho al voto en el lanzamiento de su plancha en el hotel Jaragua, mientras que Tejada Gómez no logró llevar 20 miembros de Acroarte al hotel El Embajador, lo que da a entender que el ex presidente de la institución no ha podido conquistar la cantidad de acroartistas para ganar las elecciones el 25 de este mes.

Eso ha causado mucho pánico y por esta razón arreciaron su campaña indecorosa contra Jiménez.

Aunque con poca presencia en las redes sociales para no para no abrumar a sus seguidores ni cansar a la gente, Máximo mantiene un contacto permanente con cada uno de los miembros de Acroarte, de quienes recibe felicitaciones día por día, al dejar de lado la campaña sucia de sus adversarios, que al no despegar, han tenido que recurrir a este tipo de recursos pata tratar de descalificar la ascenso que tiene la candidatura del editor de espectáculos del periódico El Caribe.

Más de 60 notas de prensas y correos electrónicos han sido enviados a los miembros de Acroarte detractando a Jiménez y aún así este se mantiene callado y no ha respondido a ninguno de los ataques de los cuales ha sido objeto. Ahora le dicen el mudo, porque no responde a nada de las tantas notas ofensivas y de mal gusto que a diario recibe la población.

Esperamos que a partir de ahora la plancha contraria entienda que la campaña indecente a indecorosa es dañina, que le hace mal a la institucionalidad de Acroarte y a sus miembros, porque no solo perjudican la moral del grupo que apoya a Máximo, sino también la de ellos mismos.

Fausto Polanco