Ivonne Montero no se arrepiente de haber contratado semental para inseminarla
Ivonne Montero está a punto de experimentar el suceso más importante de su vida: el nacimiento de su primogénita, Antonella.
La sorpresa de estar embarazada y la triste noticia de su separación de Fabio Melanitto a menos de un año de casarse. Su historia parece de telenovela, pero lo bueno es que a mediados de mayo tendrá en los brazos a su esperada bebita.
-Estás a unos días de convertirte en mamá, ¿cómo te sientes?
“¡Imagínate! Feliz, emocionada, nerviosa y hasta con un poco de miedo por el parto. Pero mira, yo me pongo en manos de papá Diosito y confío en que todo saldrá muy bien”.
“¡Imagínate! Feliz, emocionada, nerviosa y hasta con un poco de miedo por el parto. Pero mira, yo me pongo en manos de papá Diosito y confío en que todo saldrá muy bien”.
La actriz está muy feliz a pesar de la ausencia de Fabio Melanitto, padre de su hija.
“ESTE SEÑOR DECIDIÓ IRSE DICIENDO QUE NO HABÍA HIJO QUE LO ATARA, Y PARA MÍ FUE DEVASTADOR”
-Es una nena muy deseada…
“Así es, al menos para mí tener un hijo fue algo muy pensado y deseado. Sentí una gran alegría cuando llegó esta bendición y más porque fue como un milagro. Justo días antes de embarazarme me había amarrado una medallita de San Judas Tadeo en la cadera, porque fue como un milagro”.
“Así es, al menos para mí tener un hijo fue algo muy pensado y deseado. Sentí una gran alegría cuando llegó esta bendición y más porque fue como un milagro. Justo días antes de embarazarme me había amarrado una medallita de San Judas Tadeo en la cadera, porque fue como un milagro”.
-¿Ahora cómo es esta mezcla de sentimientos?, pues por un lado tienes la gran felicidad de ser mamá y por otro estás separada del papá de tu hija…
“¡Híjole!, sí. Desde que recibí la noticia de que este señor no iba a estar conmigo, fue devastador, muy fuerte. Pensé que los 2 queríamos ser padres, pero no, en cuanto se lo dije decidió irse diciendo que no había ningún hijo que lo atara (hace una pausa). Fue una etapa que me costó mucho trabajo limpiar. Me encomendé a Dios para que me cuidara, ayudara, y mis emociones no afectaran a mi bebita”.